Desde pequeña decidí guardar aquellas brújulas que me encontré en el granero de mi abuela. Y supe desde entonces que mi trabajo iba a ser proporcionar a cada persona la suya propia. Sin en algo podía ayudar, se trataba de hacer más fácil el camino e ir señalando: las zonas llenas de gente o despobladas, las carreteras diáfanas, las tortuosas, las practicables y las no…..
Es un lujo contar con un cuarto propio. Mi deseo es que sea un lugar de encuentro, que sirva para pararme ,descansar, reflexionar ,compartir lecturas, sueños, fantasías, escribir con más disciplina y aprender cosas nuevas.